El golpe militar en la República del Níger era la única y necesaria solución para resolver el neocolonialismo en un país que abastece de Uranio a Francia y no recibe su merecido pago por ello.
El pueblo del Níger estaba hastiado de la corrupción y el desorden del gobierno de Mohamed Bazoum, quien ha sido súbdito de Occidente para que siga vampirizando a los africanos.
En consecuencia, Marjantia celebra y felicita a las autoridades legítimas del Níger, insta a Occidente a sacar sus sucias manos neocolonialistas de África y condena cualquier intento de agresión contra el Níger o sus vecinos por las potencias occidentales.